Varios son los autores que han mencionado el vals "Recuerdos de Lima". Basadre (1961) y Zanutelli (1999) principalmente lo listan como uno de los primeros valses con temática "auténticamente peruana", compuesto por Walter Scott Pease se lo tenía por perdido como documento musical. Gracias a la búsqueda del investigador Luis Pareja se ha logrado ubicar la partitura completa editada por Alejandro Sormani en la ciudad de Lima cerca al año 1883, en una de sus primeras ediciones.
Jorge Basadre hace mención en especial de éste vals de la siguiente manera: "Recuerdos de Lima, que cautivó por muchos años y rindió apreciables utilidades a su simpático e inspirado autor, pues las ediciones se acababan pronto a causa de los pedidos de los ejemplares que se hacían en la República y en el extranjero". (1961, p. 2984).
Abelardo Gamarra (1852-1924), es hasta el momento quien ha descrito, en un artículo publicado en 1916, la vigencia del vals "Recuerdos de Lima" y nos dejó su apreciación acerca del compositor arequipeño Walter S. Pease, en un artículo que apuntó en una de sus visitas a la ciudad de Arequipa.
El vals fue recordado por los estudiosos gracias a Basadre y sus menciones en su monumental Historia de la República, pero no se sabía del paradero de la partitura. A finales del siglo XX, en una nota televisiva por motivo de la celebración de la canción criolla, se menciona "...24 horas [nombre del noticiero] se suma al homenaje ofreciéndo las notas del primer vals peruano, titulado: Recuerdos de Lima, fue compuesto en 1881 por Walter S. Pease Ramírez, como expresión de reafirmación nacional, durante la ocupación chilena". En el vídeo proyectado por el noticiero se puede apreciar un libro manuscrito en donde el mismo autor, lo titula "vals cueca Op.28". Nótese que en el vídeo se aprecia un libro manuscrito de por lo menos 28 obras escritas (ojalá estén bajo buen resguardo hasta la actualidad). Según escribe Felipe Álvarez (2011) en su blog, durante el gobierno militar el Ministerio de Educación, editó "Recuerdos de Lima" como vals "Lima". Ésta partitura fue conservada hasta 1984 por Henry Pease, quien fuese teniente alcalde de Lima (Montero:2014, p. 19).
Presentamos la digitalización del documento musical, nótese en especial la segunda parte del vals (minuto 01:14) hace claras menciones a las terceras paralelas y canto del yaraví de la época ajustado a la rítmica de vals.
Fuentes:
Zanutelli, Manuel. Canción criolla: memoria de lo nuestro. Editorial La Gaceta S.A. para Diario El Sol. Lima, 1999
Basadre, Jorge. Historia de la República del Perú, Volumen 6, Ediciones "Historia,", 1961
Álvarez, Felipe (https://marineradelima.wordpress.com/2011/12/19/primer-vals-peruano-recuerdos-de-lima-walter/
Montero, Ricardo. Perú y Criollismo, s/editorial, 2014 visualizado en https://issuu.com/eduardomontero9/docs/libro_peru_y_criollismo_demo
Gamarra, Abelardo. Artículo sin nombre, Semanario La Integridad, año XXIX, N°1330, 1916
El yaraví tradicional, que la oralidad y
posteriores grabaciones han conservado hasta nuestros días, “La Despedida de
Silvia” o “Ya llegó el instante fiero”, lleva letra de la inspiración española
de Juan Bautista Arriaza y Superviela (1770 - 1837) quien a principios del siglo XIX fue poeta español exponente del neoclasicismo y de la etapa de transición al romanticismo. Arriaza, en su juventud fue oficial de marina y partidario toda su vida del absolutismo del rey Fernando VII. Esta participación política
y militar llevó a que su obra poética sea bastante difundida entre la población
española de la época; muchas de las marchas, himnos y canciones se basaron en
su trabajo literario.
Por otro lado, en tierras americanas aparecían los
primeros movimientos emancipadores y gritos de independencia, siendo una de las
primeras figuras en el Perú, Mariano Melgar (1790-1815) también poeta. Los
estudiosos y críticos de la obra melgariana acuerdan que Mariano Melgar conocía
la obra de Arriaza y de otros literatos españoles de la época, e incluso hacía
variaciones o usaba el material ibérico como inspiración.[1]
Esto evidencia que la obra de Arriaza ya se encontraba en el conocimiento y uso
de los habitantes de Arequipa de principios del siglo XIX, esperando el momento
en que la música daría diferente rumbo a la inspiración española, como veremos
más adelante.
“La despedida” de Arriaza, está constituida por 25
estrofas de 8 versos cada una. Y se publicó en Poesías Líricas (1807); las versiones que han sido transmitidas e
interpretadas por los cantores de yaraví arequipeño desde el siglo XIX han
tomado y organizado diferentes estrofas o partes del texto original en el
canto. Al hacer una comparación entre el texto basal y el texto de dos
versiones que pertenecen a grabaciones del siglo XX, lo primero que podemos destacar
es que en la tradición oral arequipeña los versos han sido preservados en su
integridad respetando el texto basal de Arriaza, con variaciones de
organización de los mismos.
Publicación de “La Despedida” de Juan Bautista Arraiza, Poesías
Líricas, 1807.
Una comparación inicial del texto
basal de J. B. Arriaza y las versiones cantadas en el yaraví arequipeño por el
dúo Neves - Bengoa (Versión 1) y Mariano Díaz - Víctor Salas (Versión 2)
obtenidas de grabaciones de mediados de siglo XX, demuestran cómo la tradición
oral conservó los versos españoles.
Dúo Neves Bengoa, interpretando "Despedida de Silvia", c. 1960
Ahora respecto a la música, en
España la “La Despedida” de Arriaza, formó parte del repertorio de canciones
españolas, tal es así que la Biblioteca Nacional española guarda un cancionero
que transcribió las melodías del primer cuarto de siglo del XIX, con acompañamiento
de guitarra. Éste ejemplar se puede ubicar en la Biblioteca Digital Hispánica,
y ha sido fechado cerca del año 1825.[5]
Partitura manuscrita de "La Despedida", música anónima y letra de J.B. Arriaza, España, c. 1825
El cancionero contiene, para estudio
y esclarecimiento nuestro, transcripciones en pentagrama de canto y guitarra de la obra Nro. 251: “La Despedida”, con letra de 5 estrofas del poema
original de Arriaza. La misma que está escrita en la tonalidad de La mayor, presenta una breve
introducción a modo de marcha, marcando desde un primer momento que no tiene absolutamente ningún parecido con la música del yaraví.
Audio digitalizado de la partitura que contiene música anónima de "La Despedida", c. 1800-1825
Algunas apreciaciones:
El caso presentado constituye un ejemplo de muchos, en los que textos hispánicos tuvieron diferente tratamiento por la cultura americana de la época.
A raíz de los anterior, también creemos que a la llegada del texto español “La Despedida”, el yaraví
arequipeño (como género musical mestizo) ya poseía las características suficientes
para adoptar al texto español y hacerlo parte de su propio discurso.
En consecuencia podemos tener en cuenta la idea de que el yaraví como género
musical mestizo, se afianzó con la llegada de literatura española y para el
caso arequipeño incluyó a la producción melgariana en ese proceso.
[1] Miro Quezada Sosa, Historia y leyenda de Mariano Melgar,p. 209
Desde nuestros abuelos, la música en el valle de Majes se practicaba con la guitarra para dar las famosas ”serenatas”. La víspera de la serenata se preparaba y ensayaba las canciones que se iban a interpretar, así como las voces y el afinamiento de las cuerdas de la guitarra . También se alistaba la provisión de licor que exigía la ronda nocturna propia de las serenatas.
Las canciones que cantaban eran predominantemente los yaravíes, vals y boleros sentimentales. Los jóvenes siempre estaban al tanto del nuevo vals que dejaban escuchar la radio
Los bailes, las festividad y cumpleaños eran amenizados por los cantores locales y solistas , sobresaliendo en Aplao desde los años 50’ la Estudiantina Santa Cecilia.
La música era con base a canciones de moda y muy pocas locales y algunas del folklore andino. Entre otras, se tocaba y cantaban los famosos temas como: Pajarillo Cautivo”, “Pasión y odio”. “Guardián”, “Ya se va” y “El condor pasa” así como versos en las fiestas de carnaval.
Estudiantina majeña, aproximadamente 1950
Durante los años 1947-1970 habían en Aplao destacados músicos, como el dúo conformado por los señores David Dávila y Miguel Angel Rendón que amenizaban las compromisos sociales y fiestas religiosas en las haciendas grandes del valle. También solistas como don Alejandro Gonzales y el “Niñolindo” y en grupo era muy reconocida la estudiantina “Santa Cecilia” por donde pasaron muchos talentos en diversos tiempos, de esta agrupación se destaca don Don Guillermo Estremadoyro que era experto tocando el acordeón, guitarra , arpa y violín, Otros reconocidos músicos fueron don Miguel Rendón con la guitarra, y con mandolina los señores Felipe Cabrera, Enrique Medina, Miguel Medina y Orlando Zuñiga, mientras don Alejandro Gonzales en la guitarra y el chuquibambino Rogelio Revilla con el violín.
Don Guillermo Joaquín Moscoso
Vargas Torres, fue hijo del compositor arequipeño Don Manuel Ismael Vargas
y de Doña María Torres Vargas, nació en la ciudad de Arequipa en el barrio
tradicional de San Lázaro un 25 de junio de 1921.[1]
Desde niño acompañó a su padre en
los eventos musicales y aprendió la música bajo la batuta de su progenitor,
estudió su primaria en el colegio La Salle, sus estudios secundarios en el
Colegio Independencia Americana. Al culminar sus estudios regulares ingresó a
estudiar medicina, pero su vocación por la música hizo que dejara estos
estudios para dedicarse enteramente a la ejecución del piano y la flauta
traversa.
Formó parte del personal fundador
de la Escuela Regional de Música de Arequipa[2],
conjuntamente con Aurelio Díaz Espinoza, José Vargas Ballón, José Luis
García, Juan Francisco Ballón, Benjamín Espinoza, Armando Maristany entre
otros.
También fue parte de la Asociación
Orquestal de Arequipa[3]
bajo la batuta de directores como Armando Marystani (ARG), Alexander Koseleff
(RUS), Franceso Russo (ITA) y Anton Rocco Guadagno (ITA).
Su labor como docente de música fue muy requerida entre los
centros educativos de la época, además de ser organista principal en las
iglesias de Cayma, Yanahuara, San Agustín y otras.
Como pianista, Don Guillermo gustó la interpretación de los compositores Bach,
Beethoven, Schubert, Liszt y F. Chopin.
Guillermo Moscoso-Vargas al piano en el ambiente familiar
Casado con Doña Rosa Villena
Hidalgo (poetisa) tuvo ocho hijos muchos de ellos cultivaron el arte de la
música y la pintura. En especial Rafael Moscoso Villena quien estudió en la Escuela
Regional de Música Luis Duncker Lavalle, posteriormente en el Conservatorio
Nacional del Perú y finalmente estudia composición en la Escuela Mannes College
of Music en Nueva York[4], se gradúa como compositor.
En el año 1962, Guillermo Moscoso
Vargas compone un himno dedicado al presidente de los Estados Unidos, John F.
Kennedy el mismo que fue enviado a la Casa Blanca por el autor. Al recibir la
noticia el presidente y la familia estadounidense le remitió las felicitaciones
y agradecimientos del caso además de una invitación a él y a toda su familia a
residir en Norteamérica, a lo cual el compositor arequipeño desistió
amablemente; el año 1963 el presidente John F. Kennedy fue asesinado. Además,
la banda de la infantería de la marina de los EEUU grabó la marcha en su
versión para banda, la cinta magnetofónica fue enviada a Don Guillermo Moscoso
en el mismo año.
Como compositor ha escrito en
diferentes géneros musicales, logrando en su producción diferentes himnos
cívicos e institucionales, marchas, pampeñas, valses, polcas, foxtrot, etc. Muchas de ellas aún siguen
inéditas. Debemos mencionar también su
labor como arreglista de yaravíes de la época para instrumentos como piano y
voz.
Don Guillermo Moscoso, fallece en
la ciudad de Lima el 23 de agosto de 2001, al igual que su padre prefirió el
perfil bajo por lo que sus obras no se han difundido en los ambientes artístico
o académicos, labor que está emprendiendo actualmente su familia, con el fin de
lograr el reconocimiento y difusión pues son obras de valía única y sensibilidad
artística digna de preservar para la historia musical de la nación.
Tú fuiste en mi vida una ilusión tan grande
y aún pasado el tiempo no puedo olvidar
y es que has dejado amada, una huella imborrable
te extraño vida mí no quiero olvidarte.
Te amé querida mía cual reina encantada
que brilla en el castillo de la felicidad
y yo cual fiel vasallo mi vida te daría
te amo intensamente y no te olvidaré
Recorro por el mundo tratando de encontrarte
pues eres la alegría para poder vivir
tus lindos ojos verdes sonrisa contagiante
mi alma esclavizaron para pertenecerte
tus lindos ojos verdes sonrisa contagiante
mi alma esclavizaron hasta la misma muerte.
Está pasando el tiempo y voy envejeciendo
viviendo la tristeza de no volver a verte
pensando en el pasado mis ojos van en llanto
recordando a los tuyos que son mi amanecer
y es que has dejado amada, una huella imborrable
te extraño vida mía, no quiero olvidarte.
CANCIÓN DE FESTIDANZA
Llegais cantando,
llegais danzando,
a nuestra ciudad, fraternizando
con el mundo en Arequipa
Canto de hermandad
te festejamos con toda el alma
oh Blanca ciudad
La ra, la ra, la ra
CARNAVAL (fox incaico)
Por el carnaval
vamos a bailar
todos a jugar
a coronar
con felicidad
a nuestras reinas.
Que amores y recuerdos
nos ha quedar
ilusiones juveniles
que se esfumarán
Si la vida fuera así
gozar y reir
penas no habrían
mejor será no soñar
que al despertar
¡Oh! triste realidad
CANCIÓN A LA VIRGEN DE CHAPI
A ti madre venimos
de Chapi bella flor
cantando dulces himnos
de gloria en tu honor
Postrados a tus plantas
con gran fé y ardor
pedimos Virgen Santa
tu casto y puro amor
HIMNO A PAMPACOLCA
Pampacolca la tierra vibrante
hoy celebras gloriosa inquietud
Son tus hijos leones del Ande
en altares la flor juventud
Tu volcán Coropuna se alza
en un canto la fibra el valor
que la luz del futuro señala
otro rumbo que alumbra el vigor
HIMNO A ARCIJEA
Salve y gloria a ARCIJEA
que cobijas a nuestra hermandad
Bendecimos tu nombre orgullosos
admirando tu noble misión
I
Tu camino es la humanidad
que recorres sin fronteras
dando apoyo al desvalido
que con su dolor agoniza.
II
Tu blasón es la razón
tu meta la paz y el amor
que nos da la esperanza
de un brillante porvenir
HIMNO A CHORRILLOS
Chorrillanos cantemos con fé
con orgullo a nuestro blasón
a Olaya con gloria y civismo
exponente de alta magnitud
por su ejemplo el mundo lo admira
y a Chorrillos ensalza por tal
I
Pueblo aguerrido que luchas siempre
con hidalguía por tu ideal
tu planetario y tus antenas
al infinito lleva al Perú
con tu cultura, arte y deporte
das celebridad a toda la nación
II
Forjan tu historia tus lindas playas
tu malecón, la virgen del Morro
surcan tus mares tus pescadores
y que en sus lanchas traen su pan
y el veintinueve del mes de junio
llevan a San Pedro en triunfante procesión.
HIMNO PARA LA HERMANDAD DEL SANTO SEPULCRO
Música: Guillermo Moscoso Vargas
Letra: José Chocano Herrera
Hemandad eres de Jesús de Cristo
viva y yaciente
su legión más consecuente
siguiendo al pie de la cruz
Tu hermandad te seguirá
con amor y fidelidad
y jamás claudicará
solo en tí hay felicidad
***
[1]
El presente reúne datos escritos y orales compartidos por la familia Moscoso
Villena, quienes atesoran en el archivo familiar, recortes periodísticos,
fotografías, partituras y otros. Compilados por Prof. Omar G. Carrazco Llanos,
2018.
[2]
Creada el 29 de enero de 1945, siendo presidente honorario Manuel L. Aguirre de
la Fuente y Director estable el profesor ruso Alexander Koseleff
Don Manuel Ismael Moscoso Vargas,
nació en la ciudad de Arequipa en el barrio de San Lázaro un 17 de junio de
1889, hijo de Don Lázaro Moscoso Escalante y de Doña Quintina Vargas Hidalgo, a
los pocos años de vida sus padres se trasladaron a vivir al Callao, a la
separación de estos su abuelo materno David Vargas Bustamante, lo trajo a vivir
de regreso a Arequipa, quien le enseñó los primeros estudios musicales, en
especial la flauta, además lo llevaba a los eventos musicales que
frecuentemente realizaba. También recibió formación en violín con el profesor
Francisco Molina.[1]
Fotografía de Manuel Moscoso Vargas, impresa en la carátula de "Recuerdos de Arequipa", c. 1930
A la muerte de su abuelo materno
(c. 1898), sus tíos lo vieron como un riesgo para sus intereses económicos, por
ello lo enviaron a Chile a vivir con algunos parientes en Antofagasta, por lo
que en su adolescencia trabajó en las salitreras del lugar. En sus momentos de
descanso gustaba de cantar pues tenía una voz melodiosa y un gran registro con
potencia, su fama nació entre los trabajadores del lugar, quienes se deleitaban
de sus cantos en el trabajo y en sus hogares. El talento del joven Manuel
Moscoso en la salitrera llegó a oídos del gerente de la misma, quien al oírlo
cantar decidió apoyarlo en el desarrollo de su innato talento musical; lo llevó
a Valparaíso a estudiar con el profesor y director de coros Pedro Cesari[2],
más adelante formaría parte del Orfeón Municipal de Valparaíso. Es en ésta
institución donde se forma como maestro de música, demostrando sus habilidades
musicales en composición, dirección y canto; a sus 19 años de edad ya era
considerado compositor en las tierras sureñas; una vez consolidada su formación
retornó a la ciudad de Arequipa.
Carátula del valse para piano “Adiós a Valparaíso”, en imagen central Pedro
Cesari, edición de Casa Kirsinger,
Ya de retorno al Perú se
desempeñó como instrumentista de guitarra, violín, flauta traversa y piano;
además de promotor y director de coros.
Conoció y fue amigo de Luis
Duncker Lavalle (1874-1922) junto a Mariano Nicolás Reynoso (1874 -1931),
Manuel Moscoso Vargas admiraba el talento de Luis Duncker y compartían el gusto
por las obras de Franz Lizt, las familias Moscoso Vargas y Reynoso fueron
cercanas hasta en dos generaciones, pues también los hijos de ambos Guillermo
Moscoso-Vargas y Manuel Nicolás Reynoso Vizcarra, se reunían periódicamente a
ejecutar piano a cuatro manos.
LABOR EN INSTITUCIONES RELIGIOSAS
Su labor en la vida religiosa de
la ciudad la realizó como maestro de capilla, de las iglesias de la Merced, Santo
Domingo[3]
(donde laboró más de 60 años) , La Catedral[4]
y de casi todas las iglesias de Arequipa; su fama como organista y cantor con
voz potente lo llevó a ser considerado en las misas cantadas[5];
asimismo su facilidad para leer partituras le permitió manejar gran repertorio
dentro de las actividades eclesiales de la ciudad. Manuel Moscoso fue devoto
del Señor del Santo Sepulcro[6],
durante muchos años en la Semana Santa acompañaba a la procesión con coros y
músicos, poniendo dinero de su propio peculio para financiar el acompañamiento
musical. Era frecuente verlo interpretar y dirigir el Miserere y otras
alabanzas que eran seguidas con toda atención por fieles en la Semana Santa
arequipeña.
Recorte del artículo “Relato sobre el coro de niños del Miserere” Por:
Juan Salas Ocharán.
Diario Arequipa al Día. 1997.
Como primera flauta viajó durante
varios años acompañando a famosas compañías de ópera, opereta y zarzuela en su
mayoría italianas. Tal es el caso que entre los años 1908 y 1919, recorrió con
una compañía de ópera los países de Chile y Bolivia, en dichas presentaciones
fue reconocido como excelente flautista y tenor; también fue director de la orquesta con la Compañía de Ópera
Lampre sustituyendo al director principal. Parte del repertorio interpretado en
Chile incluía la ópera Lucía de Lammermoor de Donizetti y Mariana de Arrieta,
recibiendo críticas positivas sobre su desempeño.
LABOR DOCENTE
Otra faceta de Manuel Moscoso, es
su labor como docente de música en el Colegio Independencia, donde dirigía la
banda del colegio. Dirigía también las bandas musicales de otras escuelas
fiscales primarias y secundarias[7].
Dedicándose durante 60 años a ésta labor. Como docente era frecuente verlo
participar en las ceremonias cívico patrióticas en la Plaza de Armas dirigiendo
coros y bandas escolares, entonando el Himno Nacional en Fiestas Patrias.
Además de participar de las fiestas de la sociedad arequipeña de la época con
su propia orquesta de baile.[8]
Fundó una institución dedicada a
la enseñanza musical, la “Sociedad Musical de Arequipa”, una institución bien
organizada y que contaba con diferentes personalidades dedicadas a diferentes
áreas de gestión. Para 1939 la Sociedad Musical de Arequipa tenía como[9]:
Presidente
y Director General: Manuel Moscoso
Vargas,
Vicepresidente:
Benjamín
Román
Fiscal: Artemio
Ramírez
Bibliotecario
y auxiliar Musical: Guillermo
Moscoso-Vargas
Tesorero: Julio
Salazar
Pro
Tesorero: Francisco
Cornejo
Vocales: Guillermo
Ugarte, Walter Delgado, Jorge Salazar,
Claudio Ramos, y Luis Talavera.
Director
artístico: Carlos
Manchego
Director
dramático: Francisco
Salas Ojeda
Presidenta
y directora femenil: Carmen Pérez Zavala
Subdirector
de Orquesta: Benjamín Espinoza
Director
de Escenografía: Raúl Tamayo
Subdirector: Hugo
Lazarte
Director
de Cultura: Dr.
Víctor Benavente
Subdirector: Nicanor
Rivera Cáceres.
Fotografía
publicada en un diario local en marzo 1976. Se observa a Manuel Moscoso Vargas
dirigiendo al coro y banda del Colegio Independencia Americana en la Plaza de
Armas de Arequipa
En el gobierno del presidente
Augusto B. Leguía, tuvo la oportunidad de estrenar su “Himno al carácter”[10],
obra que logró la felicitación presidencial pública; por ello fue convocado a
formar en Lima el coro y orquesta del Museo Bolivariano.
La Sociedad Orquestal de Arequipa fue fundada el
07 octubre de 1924, tuvo como presidente
a Felipe Urquieta, y como directores de orquesta: Manuel Moscoso Vargas
y Aurelio Díaz Espinoza[11]. Fundó
también el Centro Cultural Orfeón Mistiano (influenciado por la práctica
musical de Valparaíso).
Su producción musical abarca
varios géneros en especial el vals, se tiene reconocidas las siguientes:
Resignación (arreglo del yaraví de Mariano Melgar)
Como no he de llorar (arreglo del yaraví de Mariano Melgar)
La planta del desierto, yaraví
Si dos con el alma se amaran, yaraví
Delirio, yaraví
Amor verdadero, yaraví
Los trigales
A la madre, coral
Funerales de Atahualpa, orquesta
Ópera Mayta Cápac
Ramillete incaico, orquesta
Oficio para difuntos
Gozos del Beato Martín de Porres
Miserere arequipeño, arreglo
Otras aún inéditas (marineras, yaravíes, zarzuelas, himnos, polcas, vals y foxtrot)
Manuel Moscoso Vargas, se casó
con Doña María Torres Vargas con quien tuvo seis hijos (Betzabeth, Teresa,
Irma, Tula, Guillermo, Jesús y Enrique) quienes recibieron la influencia
musical en su formación, resultando dos de ellos continuadores de la tradición
musical familiar. Guillermo Moscoso-Vargas Torres (hijo mayor) fue pianista y formó
parte de la sección de flautas de la Orquesta Sinfónica de Arequipa, compositor
y docente de música en diferentes colegios de Arequipa. Jesús Moscoso Torres, también
conformó la sección de contrabajos de la Orquesta Sinfónica de Arequipa.
La vida de Don Manuel Moscoso Vargas,
se extinguió en Chorrillos, Lima, el 21 de febrero del año 1976 a los 86 años
de edad, dejando un legado importante para la posteridad. Su labor siempre se mantuvo
ardua y con perfil bajo, por ello quizás mucha de su producción no se había
difundido en los círculos artísticos y académicos arequipeños. Su legado artístico musical
y su labor docente ocupan un lugar importante en la historia de nuestra sociedad
que debe ser considerada en la memoria de nuestra región y de la nación
peruana.
Algunas letras de sus composiciones:
YANAHUARA
Murmullo de fuente clara
y agua que corre en la acequia embelesada;
cantar de tancca y calandria
que se mete entre del alma
fragancia de hierba fresca
en Yanahuara
Tras la paredes atisban
preciosas flores y frutos
gualda y granos
donde el iris del crepúsculo
cual sangre que el cielo sangra
no encontrando mejor sitio
se esparrama.
Por eso cuando la angustia
quiere apretujar mi pecho
cantando voy por tus campos
diciéndome en mi alma que no
que eres cual boca morena
ardiente, fragante y roja
cual perla de agua serena
que descansa en la roca.
En la risa de tus mozas
que no he visto mas airosas
está tu alma
Yanahuara la engreida con
tus frutos y tus rosas
y tus estrellas la vida
es agradable vivir.
RECUERDOS DE AREQUIPA
Ayer en Arequipa
oí una canción tierna
del almanaque que dejo
¡ ay la dulce huella de un dolor
con quien yo gozé !
y fue quien lo había de pensar
que allí sus notas grabaron en mi pecho
con ardor la dulce y febril
estimada ilusión.
Fue ese un cariño
que nunca olvidaré
mi dulce arequipeña
porque ese si que fue
la inquietud mi vida
de aquel tiempo mejor,
que el Señor te bendiga
mi dulce pasión.
ESOS OJOS DE MI NEGRA
Esos ojos de mi negra
Chirihuayra, chirihuayra
son sus ojitos de encanto
de mi mirar, de mi mirar.
Con su mirar ¿qué voy hacer?
si han embrujado mi corazón
si no estás tú ¿qué voy hacer?
si hemos nacido para querer.
Como pudiera besarla,
Chirihuayra, chirihuayra
luceritos que iluminan
mi camino, mi camino.
Si esto es así, ¿qué voy hacer?
esta es mi negra a quien querer
si no estás tú ¿qué voy hacer?
si hemos nacido para querer.
***
[1]
El presente reúne datos escritos y orales entregados por la familia Moscoso
Villena, quienes atesoran en el archivo familiar, recortes periodísticos,
fotografías, partituras y otros. Compilados por Prof. Omar Carrazco Llanos, 2018.
[3]
Pg. 139, Vega Salvatierra, Vida musical cotidiana en Arequipa durante el
Oncenio de Leguía (1919-1930), 2006
[4]
Al respecto la investigadora Zoila Vega precisa que Manuel Moscoso Vargas fue
maestro de capilla de la catedral desde 1921 hasta mayo de 1927 y que antes
había desempeñado funciones de cantor.
[5]
“El 28 de julio de 1923, a las diez de la mañana se celebra en la iglesia
matriz una misa solemne cantada por el Sr. Obispo y oficiada por una gran
orquesta que dirigía el maestro Moscoso Vargas”. (Anales de Arequipa pag. 117)
[6]
Véase nota publicada en Diario Arequipa al Día, “Relato sobre el coro de niños
del Miserere” escrito por: Juan Salas Ocharán, 1997.
[7] En el año
1927, agosto 21: Se expide una resolución suprema designando al músico
arequipeño Sr. Moscoso Vargas para que enseñe música en las escuelas de la
ciudad. (Anales de Arequipa p. 216)
[8]
Aviso publicitario ilustrado: “Lo que hace una arequipeña elegante durante el
día [siguen una serie de actividades cotidianas] baila al son de la mejor
orquesta de la ciudad, Moscoso Vargas”; El Pueblo XXII/8317 (4 de julio
de 1927). En los Anales de Arequipa también aparece mencionada la orquesta de
Moscoso Vargas: “…También participó el jazz band de Manuel Moscoso Vargas el
martes 23 de noviembre de 1926”. Las orquestas vigentes de la época eran las
dirigidas por Castillo Chanove, Aurelio Díaz, Manuel Moscoso (conocida como
orquesta “Varguitas”) y la de Benigno Ballón Farfán.
[9] Pg.
409, Rodolfo Gómez G., Padre e hijo: Narraciones arequipeñas, 1977.
[10]
Durante
su primer gobierno Leguía fue víctima de un intento de golpe de estado el 23 de
mayo de 1909. Para conmemorar su actitud valerosa frente a los revolucionarios
se creó el “Día del Carácter”, un día cívico que rendía culto a la valentía y
carácter mostrado por Leguía al negarse firmar su renuncia frente a los
golpistas. En ese día había desfiles, celebraciones, visita a los monumentos y
obras del presidente, se pronunciaban discursos y se reforzaba la imagen de
Leguía como gobernante nato del Perú.
[11] Pg. 116,
Vega Salvatierra, Vida musical cotidiana en Arequipa durante el Oncenio de
Leguía (1919-1930), 2006
Por su representatividad histórica y como parte del trabajo de revaloración de la canción “Hijos del Misti”, en el año 2016 se procedió a su restauración basada en la fuente oral proporcionada por Mario Arenas Rodríguez (1917-2016), y los apuntes musicales que publicara Juan Guillermo Carpio Muñoz en el Pendón Musical de Arequipa (2014).
Presentamos el arreglo para banda sinfónica de la “Canción guerrera de los hijos del Misti”,
La transcripción de la melodía preservada en la memoria del Dr. Mario Arenas Rodríguez fue primordial para proseguir con la tarea de restauración musical y posterior adaptación a banda sinfónica. Además, se recurrió a los apuntes recogidos por Darío Gonzáles quien ya había la primera labor de recopilación y transcripción de la Canción guerrera de los hijos de Misti; a diferencia de ese trabajo, se ha tomado en cuenta el texto y lo necesario de su cantábile por ello el resultante tiene un ritmo más fluido y melódico tal cual lo cantó el Dr. Arenas, con estilo de himno evidente.
***
[Actualización al 01 julio 2021]
Desde el 2018, año en que se publicó éste artículo acerca de los orígenes y recreación de la Canción guerrera de los Hijos del Misti, hemos recibido solicitudes de las partituras a fin de poder llevarlas a elencos de banda sinfónica, el más reciente (y creemos el más logrado) a la fecha es el que acaba de realizar el Sr. César Montesinos, quien ha realizado una versión para banda sinfónica que fue grabada por la Banda de exalumnos del C.N. Honorio Delgado Espinoza, añadiéndole una nueva introducción y coda que puede servir para ser cantada tanto la primera estrofa como la tercera.
Nos llena de satisfacción saber que desde éste blog podemos contribuir a la memoria musical de nuestra región, por ello saludamos la iniciativa y el trabajo de César Montesinos, entregando una obra importante y de alguna manera nueva para el repertorio de banda sinfónica.
Bibliografía y fuentes:
Asael Mercado y Alejandrina Hernández, El proceso de construcción de la identidad colectiva, 2009
Juan Guillermo Carpio Muñoz, El Pendón Musical de Arequipa, 2014.
Raúl Fernández, Los orígenes del movimiento obrero en Arequipa, 1984.
Mistura para el bello sexo, gran repertorio de canciones, yaravíes cantables, antiguos y modernos para el bello sexo, Cuarta edición, Arequipa-1877.
Colección la lira del Misti, colección de zarzuelas, yaravíes, canciones, habaneras y serenatas, Quinta edición, Arequipa-1906.
El cancionero del mistiano, selecta recopilación de canciones, yaravíes, zarzuela, valses, polcas, mazurcas, jotas, etc. Tercera edición, Arequipa-1918.
Defensa de la patria, enseñanzas patrióticas que deben guardarse en el corazón de todo peruano, Arequipa-1918.
Diario El Deber, 15 de agosto 1937
Francisco Mostajo Antología de su obra, Tomo 1: Literatura, pg. 59.
Jorge Polar, Anales de la Historia de Arequipa, 1890.
Reelaboración de la "Canción guerrera de los hijos del Misti" realizado por Omar Carrazco Llanos, 2016.
Archivo Luis Pareja Rivero, consultado en febrero 2022
Archivo César Montesinos Flores, Marcha "Hijos del Misti" (2021)